Reza el slogan: “Bigote Argentino está en la calle, en un
bar, en un taxi. Puede ser tu vecino, tu tío, tu viejo (…)”.
Con ese comienzo, dos tipos gordos, viejos y rezongones se
pasan la obra renegando y maldiciendo cualquier cosa que se les cruce por la
cabeza y por la vida. Andrés Caminos y Gadiel Sztryk encarnan a estos dos
personajes de su creación, espejos vivientes de ese lado de la vida a la cual,
en general, la mayoría de los argentinos, porteños, tienden a llegar.
Cuando se dice, los
años no vienen solos, se suele hablar de las mañas y las quejas que
representan cierto tipo de creencias y costumbres; productos de la infelicidad
que acarrea la frustración. Por eso, aquí los dos personajes suelen parecerse a
cualquiera que conozcamos y que en una edad determinada se molesta de todo y de
todos, se da cuenta que el tiempo ha pasado y que lo hecho, hecho esta. Pero ya
no hay vuelta atrás.
Los personajes, Alberto y Osvaldo, viven en un edificio
lindero a una autopista. Cualquier autopista, no importa cuál. Es una excusa
perfecta para ilustrar las incomodidades de las que producen quejas, pero por
las que no se hace nada para cambiarlas. Nada en concreto.
Sin embargo, esa no es la única crítica. El bar de barrio también
tiene su lugar en esta comedia, tal cual como suele ser representado en la mayoría
del estereotipo clase media porteña. El bar es escenario de discusiones sobre política,
deportes, burocracias varias y la vida familiar. Eso le da suficiente peso para
situar a los personajes frente a un espejo, el espectador. O, mejor dicho,
ubicar al espectador frente a su espejo, cualquiera de los personajes. Asimismo,
el living de las casas de Alberto u Osvaldo plasman la sádica costumbre de la
gente añejada: el sillón, el televisor y el control remoto.
Aquí la risa cumple un rol muy fuerte, porque es el elemento
por el cual se descomprime la verdad que estos dos personajes reflejan de
nosotros mismos. Muchas veces la butaca guarda un espacio, en medio de la obra,
para la reflexión personal de cada uno. Esta no es la excepción, pero siempre
con una carcajada saliendo de la boca.
Estéticamente, Alberto y
Osvaldo tienen bigotes canosos pero cutis liso. Y aunque esto sea visible, las
actuaciones son muy buenas y se conectan con la platea. Claro que, la dirección
del ex integrante de Los Macocos, Daniel Casablanca, está bien marcada y es
respetada. Por otro lado, el dúo Sutottos integrado por los protagonistas,
Caminos y Sztryk, ya cumplen varios años en escena y tienen a su crédito otros espectáculos
muy exitosos como “Sujeto Tácito”, “Los Bagres” y “Lo más mejor”. Esto puede
dar confianza de que Bigote Argentino hará reír al espectador, sin pausahttp://sutottos.blogspot.com.ar/
https://www.facebook.com/duoSUTOTTOS
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