Ficha técnica
Actores: Ignacio Huang, Viviana Cantín, Carlos Martín Fernández, Xiaodi Chen.
Escenografía: Susana Boitier.
Asistencia de dirección: Juan Pablo Dasso.
Texto: Ignacio Huang, Juan Francisco Dasso.
Dirección: Juan Francisco Dasso.
Prensa: Octavia Comunicación www.octaviacultura.com.ar
Sala: La Carbonera
China Pampa es una comedia liviana sobre la construcción de
la identidad sobre sí mismo un ciudadano chino en el medio de un paso
fronterizo de la provincia de Quinghai. Lucero (Ignacio Huang) recibe la
influencia cultural de su novia argentina Lucia (Viviana Cantin), una
folclorista abandonada allí, quien sabe por qué.
Lo cierto es que Lucero quiere ser argentino. Para ello,
organiza una peña, se viste de gaucho y trata de cantar como gaucho. Ser argentino
es sinónimo de ser gaucho, reduciendo la identidad a solo un aspecto de la
historia y la sociedad argentina. Seguramente, nosotros argentinos hagamos lo
mismo a la inversa.
Si bien la actuación de Huang no es la mejor de su carrera artística,
su dramaturgia junto al director Juan Francisco Dasso logra abordar un tema tan
viejo como la misma pampa argentina. De manera metafórica, China Pampa juega
con los procesos de identificación culturales que hoy en día se manifiestan en
todas partes del mundo. Particularmente en Argentina, más aun en capital y en
el conurbano bonaerense, hay una enorme porción de población inmigrada desde el
gigante asiático, pero sin pretensiones a la vista de adaptarse del todo al ser
nacional.
Tal vez, el “ser” o “querer ser” argentino puede observarse
a flor de piel en los más jóvenes chinos y descendientes, que comparten no solo
las fuertes raíces tradicionales de sus antepasados sino también la socialización
permanente de los pares etarios, tanto sean originarios como no. Es muy fuerte,
además, la influencia que desde las redes sociales, en cualquier dirección del
mundo, se recibe y se produce en constante intercambio de bienes culturales. Por
esto mismo, es posible que el contacto con el origen se mantenga permanente,
sin esas escansiones que hace varios años sin internet y el entorno adecuado se
perdían.
A pesar de todo esto, China Pampa olvida que es representada
en Argentina y que el chino hablado sin subtítulos se pierde. Por lo tanto, la
obra posee partes que son difíciles de entender, a menos que se pueda seguir un
poco la gesticulación. De esta manera, Xiaodi Chen podría no estar, nadie notaria su ausencia en absoluto.
Por otro lado, Viviana Cantin y Carlos Martin Fernández
tratan de asentarse en dos personajes bien concebidos, aunque la historia los
lleve por caminos no muy seguros. Son víctimas de una dosificación poco
administrada.
China Pampa, en definitiva, nos hace pensar un poco en lo
que pasa a nuestro alrededor con aquel diferente, pasible de sentirse perdido
en medio de un desierto de gente.
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