Ficha Tecnica:
Actriz: Adriana Arach
Direccion: Bernardo Sabbioni
Dramaturgia: Adriana Arach y Bernardo Sabbioni
Sala: La Scala de San Telmo
Hacer un monologo no es fácil. Menos aun cuando la
monologuista cuenta la historia de su vida. Su infancia, su adolescencia, el
primer amor, los padres, la decisión por una carrera universitaria, el primer
trabajo, las angustias y los desencuentros, la vuelta al origen. En definitiva,
la vida vista con los ojos sobre el pasado.
Adriana Arach es la princesa nacida en cuna sirio-libanesa,
de tradición fuerte y perdurable en el tiempo, con papeles establecidos desde
hace siglos para cada miembro de la familia. Pero a ella, en realidad, no le
toco ser la heredera del trono, sino ser testigo de los laureles ajenos.
En esa vida, tan común como la de cualquiera que provenga de
familias tradicionales como las europeas judeo-cristianas, musulmanas u
orientales, está muy arraigado el papel de la mujer. Y en esta, en particular,
se pasa revista tanto de alegrías como de desgracias, amores platónicos y
desengaños.
Esa vida, sin embargo, nos recuerda lo especial de cada una
de nuestras vidas y experiencias que nos marcan a fuerza de ley las conductas
esperadas y los sueños que alguna vez tuvimos o quisimos tener.
La actuación de Arach tiende a ser materna, por lo que la emoción
del relato traspasa el escenario y hace soltar una lagrima sobre el final. Sin embargo,
los monólogos suelen ser contados con entusiasmo sin olvidarse la letra. En este
caso, el relato se vale de la ayuda de un atril lleno de hojas pesadas que van
cayendo a medida que pasa la historia.
En definitiva, la actriz logra su cometido no solo porque
llega a la platea sino también porque hace rememorar a esas mujeres de la
familia que de niños nos sentaban en el regazo y nos contaban esas historias de
vida que, aunque en el ámbito público carezcan de sentido, en lo privado están completamente
cargadas de él y llevan su peso con orgullo.
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